La acción en escena

La representación escénica es casi tan antigua como la capacidad del hombre de comunicarse a través de signos y símbolos. Pensemos en las danzas, los rituales, la música, por ejemplo.


Hoy, la escena está habitada por un sinfín de expresiones artísticas, muchas de ellas, se mezclan, se confunden, se arman y desarman, creando géneros nuevos. Circo, mimo, clown, danza, danza aérea, teatro físico, danza teatro, cine mudo, video danza. La lista sigue, pero hay algo común que los une: la palabra muda. ¿Por qué muda y no ausente?


Empecemos a recorrer algunos ejemplos en los que la escena se vuelve muda pero no silenciosa, nos habla pero no solo con palabras.



¿Cuál es la historia que está contando este fragmento? ¿Podemos, como espectadores, entenderla, contarla, armarla?

Seguramente, habrá diferencias entre la forma que unos y otros podamos reconstruirla. La ausencia de las palabras, o por lo menos cuando ellas no prevalecen, nos brinda la posibilidad de entender los relatos de manera más imaginativa. Sin embargo, tampoco podemos ver cosas que no están o armar relatos totalmente diferentes unos de otros. Chaplin está en una fábrica trabajando. Arriesgar que está de vacaciones sería un poco desacertado.




En el cine mudo de principios del siglo XX, hasta finales de la década del 20, la palabra aparecía por medio de plaquetas que indicaban, muy pocas veces, lo que decían algunos personajes. Sin embargo, la acción muda era lo fundamental para contar y entender la historia que la película mostraba.





Buster Keaton fue uno de los genios del cine mudo. Él tenía un particular talento para actuar y hacer reir al espectador casi sin modificar la expresión de su rostro. Su cuerpo era el motor de la acción. ¿Qué podríamos pensar que le sucede en esta foto?

Muchos lo consideran un claro ejemplo del mimo moderno. El mimo como género escénico es muy antiguo. Podemos rastrear sus orígenes en la Antigua Grecia cuando acompañaban los actos de las tragedias griegas. Sin embargo en aquel momento los mimos hablaban. Muchos siglos después, prescindieron de la palabra para centrarse en contar historia por medio del cuerpo y el espacio.



Hoy comúnmente se asocia al mimo con los personajes de cara blanca que hacen aparecer objetos imaginarios, creando historias increíbles allí donde no hay nada. Marcel Marceau, gracias a su personaje Bip,fue el gran divulgador de esta característica y esta técnica que hace que hoy lo relacionemos de esta forma.



Pero el mimo es más que eso. Podríamos arriesgar una definición diciendo que es el teatro de la acción, el teatro que prescinde de la palabra. Muchos lo relacionan o lo identifican con el tetaro físico.






¿Qué podemos decir de esta historia? ¿Qué sensaciones nos puede transmitir?

Quizás, la guerra puede ser una posibilidad para darle sentido. Pero no todo es drama en la escena. Pasemos a otro mundo maravilloso: el circo.





¿Qué dirían los clowns y mimos en este fragmento si utilizasen la palabra?

Podrían hacerlo, pero el cuerpo, los objetos, el espacio son las herramientas con las que juegan para intentar la risa. Existen otros espacios en que no hace falta comprender una historia lineal sino tan sólo entregarse al disfrute del espectáculo.






El cuerpo en todas sus posibilidades escénicas también nos encuentra con la música y la danza.


¿Qué sensaciones pudieron experimentar a partir de este fragmento? Los invitamos a levantarse de sus sillas, hacer sonar la música de su gusto y moverse "al son de una danza".

La danza acompañó al hombre desde los inicios de la humanidad, siendo una de las expresiones simbólicas más antiguas.


Seguramente han quedado otras expresiones por fuera de nuestro recorrido. Los invitamos a recorrer algunos otros en páginas vecinas y también, por qué no, serán bienvenidas todas las que ustedes quieran compartir.


Como habrán visto, nuestro recorrido está lleno de preguntas, algunas las pueden leer, otras las pueden suponer o imaginar. Los invitamos a arriesgar todo tipo de respuestas dejándonos sus comentarios, compartiendo así otro mundo de posibilidades.




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