George Bernard Shaw
Esta idea, primó desde los siglos XV y XVI en donde el cuerpo quedó relegado al espíritu, en donde el cuerpo respondía como una máquina a los intereses de la mente. El cuerpo era algo que el hombre llevaba y traía de un lado al otro. El cuerpo como alter ego es aquello que llevamos al trabajo, al cine, al gimnasio, a hacer las compras.
Ahora bien, la exaltación que ha sufrido el cuerpo en los últimos 10 o 15 años, ¿vendría a modificar esta larga tradición de mantener al cuerpo relegado a un papel secundario? En realidad todo lo contrario, el cuerpo más que nunca hoy es vivido como un accesorio del hombre, un objeto imperfecto, un borrador por corregir y colocarlo a la altura de la voluntad del hombre. La cirugía estética vendría a facilitar las cosas para que el hombre, pueda cambiar su cuerpo a imagen y semejanza de los ideales que nos impone el mercado a través de los medios masivos de comunicación. Si cambiamos el cuerpo nuestra vida cambiará nos dicen.
La cultura moderna "ha creado" un cuerpo encerrado en los límites de la piel. La corporalidad es aquello que sólo puede existir en un lugar del espacio a la vez y dentro de las fronteras de su figura física. Así pensaba la filosofía cartesiana aliada al realismo burgués, en donde se reduce la anatomía humana a sus límites visibles. Pero, en otros momentos de la historia de la civilización occidental, el cuerpo se hallaba profundamente compenetrado con la naturaleza. Este es un cuerpo proyectivo completamente diferente, del cuerpo enclaustrado del mundo moderno.
Esta concepción moderna del cuerpo que hoy vivimos como algo natural, como algo fundado en la naturaleza de las cosas, esta visión del cuerpo como una máquina, como algo a ser mejorado y utilizado por el hombre, no fue siempre así, de hecho, como se dijo anteriormente en la Edad Media, el cuerpo era aquello que estaba unido a la naturaleza, el hombre y el cuerpo conformaban una unidad inseparable. A esta unión entre hombre y naturaleza que vivía el hombre de la Edad Media Bajtín lo denomina "cuerpo grotesco".
Es decir, los órganos que avergüenzan en la cultura burguesa.
Con la llegada del Renacimiento y el individualismo, llega el cuerpo liso, moral, sin asperezas, limitado, reticente a toda transformación eventual. Un cuerpo aislado, separado de los demás, en posición de exterioridad respecto del mundo, encerrado en sí mismo. Los órganos y las funciones carnavalescas (fiesta muy importante en la Edad Media) serán despreciadas poco a poco, se convertirán en objeto de pudor, se harán privados. Las fiestas serán más ordenadas, basadas más en la separación que en la confusión como lo eran durante el carnaval.
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Luego de ver este video, pensá en lo qué expresan esa pareja de enamorados. Cómo sin palabras, se puede "decir" tantas cosas.
Pensá en alguna situación y animate con tus amigos a realizar un cortometraje en donde se dramatice una pequeña situación. Recordá, que todo debe recostarse en la actuación, sin palabra escrita ni verbal.
Película recomendada:
"Avatar" de James Cameron
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